Un encuentro inesperado
El astro del Inter Miami y el director técnico del PSG se encontraron nuevamente en los octavos de final del Mundial de Clubes, evocando la época dorada del Barcelona a pesar de sus diferencias pasadas.
La derrota del Inter Miami
La aplastante derrota del Inter Miami por 4-0 contra el Paris Saint-Germain en los octavos de final fue un viaje nostálgico para Lionel Messi. Este encuentro marcó la primera vez que el argentino se enfrentó a un equipo que solía defender, al mismo tiempo que se cruzó con Luis Enrique, un viejo conocido. Bajo la dirección del asturiano, Messi levantó ocho trofeos, incluyendo su última Champions League, y formó la icónica asociación con Luis Suárez y Neymar. Sin embargo, también tuvieron un conflicto que dejó huella en ambos. Diez años después, lograron dejar atrás ese incidente y se fundieron en un cálido abrazo, repleto de risas.
Un reencuentro emotivo
Ambos se encontraron en los pasillos del impresionante Mercedes Benz-Arena de Atlanta. Allí se abrazaron, intercambiando algunas palabras con sonrisas en sus rostros. Minutos antes, Luis Enrique también había saludado a otros exjugadores del Barcelona como Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets.
Reencuentros adicionales
Messi también tuvo la oportunidad de reunirse con auxiliares y antiguos compañeros de equipo en el PSG, tales como Gianluigi Donnarumma y Presnel Kimpembe, con quienes mantuvo una buena relación durante su estancia en la capital francesa, entre 2021 y 2023.
La “ley del ex”
Desafortunadamente, el argentino no pudo superar la ineludible “ley del ex”, y su equipo, el Inter Miami, fue superado en gran medida por el actual campeón de la Champions League, que ahora espera en cuartos de final al ganador del encuentro entre Bayern Múnich y Flamengo.
El origen del conflicto
El roce entre ambos se remonta a enero de 2015. Messi regresó a los entrenamientos del Barcelona tras pasar las fiestas en Rosario. Durante una sesión de fútbol a puertas abiertas, el argentino cayó en el área rival y Luis Enrique, que estaba actuando como árbitro, no sancionó la jugada. Esto provocó un reclamo intenso por parte de Messi, que continuó en el vestuario, requiriendo la intervención de sus compañeros para que no escalaran las tensiones.
Consecuencias del altercado
El siguiente fin de semana, el Barcelona visitó Anoeta, donde Messi empezó el partido desde el banquillo e ingresó a los 13 minutos del segundo tiempo. Con poca participación y una derrota 1-0, el clima en el vestuario fue tenso, culminando con otro intercambio agrio. Al día siguiente, Messi se ausentó del entrenamiento, generando preocupación entre sus compañeros y un revuelo en los medios de comunicación.
Resolución del conflicto
Con el paso del tiempo, la situación se fue calmando, como recuerda Luis Enrique, quien aclara que no se considera responsable de la pelea: “Hasta que se solucionó todo, hubo un tiempo de tensión, que no busqué, pero que apareció y que tuve que gestionar”. Afortunadamente, la historia terminó bien, ya que esa temporada el Barcelona logró conquistar el triplete: liga, Copa del Rey y Champions League.
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