Aníbal y Sebastián: Dos caminos hacia el fútbol
Aníbal, el hermano gemelo de Sebastián Beccacece, comparte un vínculo especial. Mientras Aníbal reconoce que Sebastián era mejor jugador, cuenta cómo sus hermanos lo impulsaron a madurar. “Si quería estar cerca del fútbol, debía estudiar y prepararme”, menciona, indicando cómo esa presión moldeó su vida. Desde entonces, Beccacece ha vivido con pasión, buscando dominar su destino con dedicación.
Aprendiendo a soltar
A los 44 años, Sebastián se encuentra en un punto de su carrera donde busca equilibrar su vida personal y profesional. “Antes, el fútbol me consumía. Ahora entiendo que es mejor confiar y soltar un poco”, admite. Aunque aún siente la misma intensidad, reconoce haber aprendido a administrarla de manera más consciente.
El tatuaje de su pasión
El fútbol está tan presente en su vida que lo lleva tatuado en la piel: en su espalda lleva una enorme pelota con la frase ‘mi mundo’. “En cada parte de ese tatuaje están mis sentimientos”, explica Beccacece. Este símbolo de identidad fue realizado en 2010 y refleja sus vínculos familiares y su pasión por el deporte.
Un viaje de regreso a sus raíces
Actualmente, su mundo se encuentra en Quito, donde trabaja por un sueño mundialista. Sebastián disfruta de perderse en la ciudad, pero también regresa a Argentina cada vez que puede, especialmente para celebrar momentos significativos con su familia.
- Su vínculo con Newell’s es profundo: “Es mi raíz”, confiesa.
- Recuerda cómo cada triunfo o derrota del equipo influía en su vida.
- Se siente orgulloso de haber sido hincha antes de convertirse en técnico.
Reflexiones sobre la dirección técnica
Sobre la posibilidad de ser director técnico de Newell’s, se muestra indeciso: “No estoy claro, no quiero arriesgar mi pasión”. Reconoce la dificultad que representa el tema de las redes sociales, que se introdujo recientemente en su vida, y expresa su preocupación sobre su influencia.
Una nueva etapa con Ecuador
Beccacece ha llevado a Ecuador a la clasificación mundialista, tras asumir en un momento crítico. “Era un riesgo, pero salió bien”, señala, recordando los momentos de tensión inicial. Su enfoque se basa en convertir el caos en reconocimiento, logrando una conexión entre el jugador y el público.
Un legado de aprendizaje
Al reflexionar sobre sus años como asistente de Sampaoli y Bielsa, Beccacece reconoce que ha extraído lecciones valiosas de estas experiencias. “Aprendí qué no hacer y la importancia del respeto en el fútbol”, comenta sobre su relación con ellos.
La búsqueda de un estilo propio
Con respecto al fútbol argentino, se muestra crítico. “El ejemplo está en casa con la selección, y deberíamos copiar eso”, dice Beccacece, enfatizando la necesidad de que los clubes adopten un estilo de juego más alineado con el de la selección nacional.
La fortaleza de la selección
Sebastián se muestra optimista por el futuro del fútbol argentino, destacando cómo los jóvenes talentos están emergiendo. “El futbolista argentino tiene un potencial innato, se adapta y juega bien”, asegura, aludiendo a la importancia de un entorno que fomente su desarrollo.
Reflexiones finales
Beccacece reconoce que el éxito no solo debe medirse en títulos. “Se trata de construir un legado y formar jugadores que representen al país con orgullo”, concluye, afirmando su confianza en el potencial del fútbol argentino para seguir impresionando en el escenario mundial.